Camino, luego existo

 

Ya que de escribir no me como una rosca, ni sé el tiempo que ha de perdurar, para no parasitar, todavía,  a mi hija, a ésta le pido que me dé alguna faena a mi alcance.

Su casa es grande, el jardín grade y grandes las cosas que se pueden hacer para mejorar una y otro, y en muchos aspectos he contribuido.

“Papa, ¿te atreves a enlosar el camino que conduce a tu casa? Llama mi casa  a donde yo vivo, un anexo a la casa principal donde vive ella. Yo miro el camino, tiene 15 mtl,  mas dos en curva. Echo mano de la calculadora y sale que necesito colocar 280 losas de 30×30 cms, compactar el suelo, traer la arena en un carrillo de un terreno colindante situado a 60 mts.  Conozco el oficio por  haber sido constructor, pero de ver como se hace, de dirigir, nunca de haberlo hecho. El reto parece imposible para mi, a mi edad, con 100 kgs de humana constitución, pero me lo ha insinuado mi hija y, sin pensarlo,  le digo que lo voy a intentar.  El precedente de haber conseguido construir un muro de piedra y unas jardineras, también en piedra, me hacen suponer que el camino será más fácil para mi forma física . Craso error.

Comienzo con la primera losa. Antes me he preparado: guantes, banda para las lumbares y rodilleras. Ya con la primera losa me doy cuenta de la magnitud de lo que he aceptado. Colocar una losa es, si ya tienes el mortero preparado, poner la cantidad exacta de mortero en el cuadro donde ira asentada. A continuación se coloca la losa, te arrodillas como un árabe que reza, y con una maza se golpea hasta que consideras que está en su posición exacta, llagueas los espacios con mortero,  te incorporas, limpias cada fila terminada y prestas un segundos  para observar el resultado. Un toque de maza aquí , otro allá, y después de  estirar el cuerpo, que da muestras de entumecimiento, vuelves a empezar.

Lleva tanto tiempo cada losa que sólo consigo colocar 12-16 cada día. El camino ya esta en su tramo final. Ahora se añade un paso más. Con losas cuadradas no puedes pretender la cuadratura del circulo. El camino termina en curva y rampa, has de cortar las losas para adaptarlas a la figura geométrica. Estoy en el comienzo de la curva, ímproba labor de puzzle.

Mi perrita Lola se pasea por el camino y parece, en la foto, observar la alineación. Está satisfecha, con  el camino enlosado no ha vuelto a pisar la tierra.

Todo esto que llevo escrito podría ser un pretexto literario,  pero son muchas las camisas sudadas, mucho dolor de espalda, el propósito de no rendirme, satisfacción y orgullo, que no vanidad, nada de eso ha sucedido escribiendo. Por eso, este testimonio de mi otro quehacer diario pretende significar que mi existencia actual sigue teniendo una justificación.

Detalle del avance t perspectiva que incluye la jardinera depiedra

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