De sentir hastío

Estoy empezando a sentir hastío. Hastío puede significar varias cosas, no todas concomitantes. Tedio no es igual que disgusto, disgusto no es igual que cansancio, cansancio no es igual que hartazgo, hartazgo nada tiene que ver con aburrimiento. ¿cuál de esas acepciones se acomoda a lo que yo siento o empezando a sentir? No a disgusto. Aunque a veces esté disgustado, es una situación temporal motivada por un hecho concreto superable. ¿Cansancio? Tampoco. Si bien mi cansancio es consecuencia de haber vivido demasiado, demasiado sin la percepción de haber vivido, no me inclina de forma drástica a terminar con él. Si considero mi hastío igual a hartazgo, supondría haber sobrepasado todas mis expectativas. Aburrido podría parecerse al hastío que parece  estoy comenzando a sentir. Pero aburrido no es  una situación que empieza, dado que el aburrimiento se da en muchas ocasiones a lo largo de la vida.; de él se sale espontáneamente con vivencias nuevas que te hacen vibrar.

Cuando digo que estoy empezando a sentir hastío, este hastió se vislumbra permanente, no superable bajo ninguna condición favorable que, por ejemplo, permita pasar del hastío a la euforia.

Si a lo que me quiero referir debe tener su expresión ajustada, sin ambiguedad que la defina, quizá quede claro si confieso que el hastío que estoy empezando a sentir, irreversible si toma cuerpo de naturaleza, es por esta actividad de obligarme a escribir bajo el subterfugio de retardar la llegada un  Alzheimer al que esté condenado. Porque el alzheimer puede que llegue, y si lo hace, el hastío desaparecerá, y ya no se llamará hastío. ¿Qué puedo hacer para que lo que parece ser en estos momentos un asomarse a la pendiente que lleva al abismo, me retrotraiga  a una zona de confort donde escribir sea un disfrute lúdico que responda, no a una necesidad trágico–fisiológica como vengo sosteniendo, sino a un estado que yo administro libérrimamente, sin condicionantes y en beneficio de mi calidad de vida, hasta que ésta se apague? Voy a intentarlo, no puedo seguir escribiendo  como si fuera una terapia de automedicación, porque esa ansiedad en la que vivo puede ser el efecto secundario que me acerque más rápido a lo que pretendo evitar.

 

 

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