La pido prestada para compartirla

Cuando contemplamos la belleza, nos relaja o nos sobrecoge. Nunca nos deja indiferente. Viendo la televisión, pocas veces un comercial te atrapa, y cuando lo hace, lo normal es que te deje suspendido en el aire; es cuando la belleza toma posesión de tus sentidos. Pero los comerciales tiene tasado el tiempo, y cuando la belleza los impregnan, el resultado es una especie de angustia ante el vacío que sigue. Me ha pasado viendo un anuncio de Chanel. «Quiero más», me digo frustrado cuando termina como soplo de aire perfumado. Pero no hay más, otro anuncio rompe la magia. «No, no puedo quedarme así, es preciso que encuentre la fuente de donde mana esta belleza». Y la encuentro. He aquí una canción, un video que, o yo soy un hipersensible , algo enfermizo, y tiene razón de ser lo que he sentido al verlo, al escucharlo, o para los demás es simplemente una bonita canción de Beyoncé con una puesta en escena espectacular. Prefiero ser raro.

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