Lunes de Aguas en Salamanca

Regresé de Salamanca y… ¡Ay mísero de mí, ay infelice! Mi nieto me dijo:  Abuelo, el lunes es el Lunes de Aguas, una fiesta en Salamanca. Ni él me dijo en què consistìa ni yo pregunté.  De haber tenido entonces la curiosidad que hoy he tenido, hoy estaría en Salamanca. No me lo habría perdido. Eran los tiempos en el que el rey católico Felipe II, guadian de la fe y buenas costumbres, tuvo a bien con un edicto ordenar que las putas fuesen sacadas de sus burdeles  durante la cuaresma y Semana de Pasión y llevadas al otro lado del rio Tormes.

Pero esa abstinecia no podía sino circunscribirse al tiempo en el que comer carne era pecado, y que pasada esa cuaresma, las putas podían volver a donde acostumbraban a estar, y asì preservar la honradez de las cabras y similares. El «Padre Putas», así era llamado,  era el encargado de atenderlas convenientemente como bien público, supongo que algún consuelo tendría para todas, además del espiritual, y también el encargado de retornarlas a sus quehaceres habituales el siguiente lunes de Pascua. Y como el acontecimiento merecía una manifestación explícita de alborozo, los jóvenes, y algun que otro aficionado que disimulaba la edad, estado y condición, se agolpaban del lado del rio en el que serían desembarcadas.  Todos llevaban viandas, bebidas y hornazos en señal de respeto y por si volvían desnutridas. Celebraban el acontecimiento con toda clase de desenfrenos y, a partir de entonces, lo repetían cada año como si aquella efemérides les devolviera la vida.

Hoy,  que gozamos de libertad de expresión y de tendencia sexual, la fiesta ya no es la misma. Las putas tienen sus derechos inalienables y no hay ley que las obliguen al paro temporal porque pasen las procesiones por delante de los burdeles. Pero una fiesta es algo sagrado, de lo sagrado que va quedando en España, y se sigue celebrando el Lunes de Aguas, ocasión, si hace buen tiempo, para que los jovenes se reunan en la orilla del Tormes para comer, beber, quizá bailar, y si encarta… pues eso.

Y me lamento no haberlo sabido antes porque,  con buen o mal tiempo, me habría acercado a la orilla del Tormes para imaginar, algo que suelo hacer bien,  que, allá por el siglo XVI, yo habría sido uno de aquellos jóvenes entusiastas que daban la bienvenida a sus queridas putas. Un año de vida más, y no me lo pierdo.

Para los amantes de la historia, les pongo este enlace, muy completo.

https://es.wikipedia.org/wiki/Lunes_de_aguas

Nota final que me exonera de tamaña e inexcusable ignorancia:

¨Salamanca, 9 abr (EFE).- La lluvia y las bajas temperaturas han impedido a los salmantinos disfrutar del tradicional Lunes de Aguas en zonas verdes de la capital y de sus alrededores para comer el tradicional hornazo, un producto típico a modo de empanada rellena de chorizo, lomo, jamón y, en ocasiones, huevo cocido.¨

Será el próximo año, con salud y buen tiempo.

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