La frase atribuida a Fray Luis de Leon a su regreso, después de cinco años de destierro, a la cátedra de la Universidad de Salamanca, de la que fue desposeído por la SANTA INQUiSICIÓN por sus ideas contarías a lo que la Santa Madre iglesia proponía como verdaderas. «En la actualidad, el aula donde Fray Luis de León impartía clase a sus alumnos permanece intacta en las Escuelas Mayores de la Universidad de Salamanca. Desde el pequeño púlpito de la clase aún reverberan sus enseñanzas y, cómo no, el eterno “Como decíamos ayer” que resuena en todas las paredes del viejo aula.»
A colación traigo lo anterior porque me sirve para la introducción al como decíamos ayer de lo que sigue.
Bajo presión familiar y de amistad, hoy accedí a encontrarme con un amigo de temprana juventud –digo temprana para significar que ambos tendríamos menos de veinte años–. Porque mi amigo insistía y porque la familia me presionaba, quizá pensando que me convenía, quizá para mi salud mental, la cita se concertó con comida por medio.
El encuentro caluroso, de abrazo espontáneo, y ya sentados a la mesa, surgió igualmente espontánea la frase como decíamos ayer. El ayer pasó enseguida difuminado ante la presión mental de llenar el espacio entre los dos. La única forma posible era hablar de nuestras circunstancias actuales, con lapsus de memoria consecuentes con la edad. No rememoramos hechos, anécdotas del ayer, que una mente casi senil guarda intactas. Hubiesen llenado toda una tarde entre sonrisas y nostalgia, pero no fue el caso, quizá porque en la presencia física nos desconocíamos. Terminada la comida, alargada convenientemente con el postre, el encuentro acabó. Quedamos en volver a vernos. Quizá en un segundo encuentro uno de los dos comenzara con un como decíamos ayer y el encuentro agotara las horas porque el local apagara las luces.
Como decíamos ayer.
Un reencuentro muy esperado y disfrutado , en el que la coversacion ha sido a salto de mata y pasando de un tema a otro sin profundizar, posiblemente por ser conscientes de que teníamos un tiempo limitado y porque después de tantos años , necesitamos reconocernos.
Han pasado muchísimos años y todos cambiamos , no obstante me ha alegrado ver qué se ha restablecido un enlace de confianza que aún no se había roto.
Estoy contento y queriendo otro encuentro con más tiempo para enlazar muchos hilos que están pendientes.
Agradezco a mi amigo el haber soportado estoicamente las circunstancias.
Agradezco a los familiares sus deseos de que acudiera al encuentro.
Como decíamos ayer.
Vuelto a leer la reflexión , observo que efectivamente hemos comentado poco los recuerdos antiguos y nos hemos centrado más en la actualidad.
En la próxima , como bien dices , será el momento de los recuerdos y esperemos no nos apaguen las luces del local.