Amaia

Magia, apoteósica, sublile, alucinante, increible, dulzura, puereza, sentimiento puro, desgarro en el corazón, dolor, alegría, calor, hipnotiza, única, diosa, fantasía, maravilla….

Esos y otros muchos adjetivos de parecida expresión de admiración no son sinónimos de un diccionario de sinónimos, son las expresiones que Amaia ha provocado en los que han seguido su aparición en Operación Triunfo, un reality de laTelevisón Española. ¿Y quién es Amaia? Amaia es una concursante hasta ahora desconocida que hace tres meses se presentó a un casting esperando ser elegida. Tenía 18 años, ahora 19, y fue elegida con otros 16 chicos y chicas para pasarse 3 meses en una academia ad hoc, donde serían formados por un elenco de profesores de diversas disciplinas relacionadas con la interpretación musical. Amaia desde el principio destacó por esos calificativos, absolutame merecidos en cada una de sus actuaciones. ¿Y cómo era posible tal portento, y hasta milagro humano, que alcanzara la excelencia de un personaje literario de ficción? Porque no concivo que exista una persona real que pueda acaparar tantas bondades, imposible sin ninguna mácula que la acercara a un ser humano, que tiene que ser necesariamente imperfecto para no ser considerado un mito. No me gustan, no creo en los mitos, y para que Amaía fuese sólo un ser humano,  alguien tenía  que intentar romper esa cadena de elogios interminables. Y lo encontré. Ese alguien dijo de ella: «Es pura bazofia».  Después del shock, me repuse al recordar una frase célebre de Voltaire: «Los prejuicios son la razón de los imbéciles¨. Pero en ese momento no tuve claro el significado de Prejuicio, y me fui a la RAE. La Real Academía de la Lengua define «Prejuicio» asi: «Opinión previa y tenaz, por lo general desfavorable, acerca de algo que se conoce mal». Podía ser, y yo tenía que añadir algo más: y que pretende brillar por encima de los demás con luz que no tiene.

Pero gracias a ese imbécil había conseguido que Amaia fuese para mí un ser humano y no un mito, y como tal, hacer posible que, a partir de ahora, crea que no todo está perdido, que ocasionalmente un ser humano puede reivindicar el derecho a vivir, y con él todos los demás, aunque entre ellos haya algún imbécil.

 

 

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