Apocalypto, por Mel Gibson

Son las dos de la mañana. Mel, he visto tu película. He cerrado el ordenador y me he acostado, obviamente con la intención de dormir. Pronto me di cuenta que no iba a conseguirlo. Mi mente no buscaba relajarse. Todo lo contrario, buscaba respuestas, respuestas a las preguntas que me sugería la película. De mis primeras incursiones como escritor pergueñé un libro, quizá con más empeño que fortuna. Está por aquí, disponible, con todos mis escritos. Salmos por una cuadro, se titula. Me movió una inquietud temprana, que se abrió a la aventura de escribir sobre ella. Han pasado muchos años. De aquel amanecer no surgió una aurora, y la sombra no quiso ocultarla, aunque tampoco presentarla en público como una obsesión. La película ha removido todo aquello que permanecía dormido y no puedo menos de saltar de la cama, abrir el ordenador, una página nueva y me pongo a escribir lo que se me ocurra, sin duda guiado por ti, Mel.

Y como siempre, el recurrente Dios me obliga ahora a la siguiente plegaria: Porque…

«Clamé contra ti y estuve solo. No encontré ayuda. Mi voz se perdió en el vacío infinito que hay entre tú y yo»

Me dijeron que creaste al hombre a tu imagen y semejanza. ¿Cuántas copias hiciste? Mel Gibson se sale del guión y me sugiere que debieron que ser muchas, una de ellas terrorífica; por resumir, la del hombre perverso y la del hombre bondadoso. Si fue así, te preguntó con qué intención lo hiciste. No encuentro una explicación. Sí, el mal y el bien buscando protagonismo, pero ¿qué obtenías con ello? Pudiste crear una obra maestra, sin necesidad de que yo ahora cuestione tu grandeza.

«Nos soy un valiente ni un insensato. Nadie confunda mi provocación. Es una huída hacia adelante. Estoy cansado de tener miedo. Pero sobre todo vergüenza» (De Salmos)

La película es tan imposible de creer, que…

«Vana esperanza. Tras las nubes allí sólo el cielo que nos ha vedado. Para nosotros la tierra, mota del Cosmos para arrastrarnos» (De Salmos)

No se si te inquieto dando pistas que abran camino de luz a los ciegos. Tengo, por mis dolencia, incontinencia intestinal . No lo tomo como un castigo, acepto mi mierda, acepta tú la tuya.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.