Posiblemente una de las más bellas canciones. Eric Clapton canta desde el corazón roto por la muerte de su hijo de 4 años, precipitado en el vació desde la 53 planta de un rascacielos. El niño, en lugar de subir al Cielo, bajó a los infiernos. Pero el padre alberga la esperanza contraria, aunque en el Cielo no haya sitio para él. La canción cada cual la interpreta según sus creencias y la escucha como protagonista de su propia tragedia. Ojala fuese cierto que hay un Cielo para los que la vida no les dio tregua. Quizá, cuanto más estemos en esta vida, más lejos habrá un Cielo para nosotros.
Me emocionó escuchar esta canción y su significado tan profundo. Y tu escrito algo esperanzador pese al escepticismo. No sé si desde el cielo nos tenderán una mano, pero estoy segura de que cuando estemos muy enfermos habrá en nuestra memoria muchas extendidas cobijándonos.