Son las 2:35h . Me despierto, como de costumbre, por una razón u otra. Luego abro el iPhone y curioseo hasta que el sueño vuelve, apago todo y me hundo en la almohada con la última imagen gravada en mi cerebro. Un video intrascendente me presta hoy esta imagen , supuestamente de otro planeta. Parece que su misión es redimirnos de nuestros muchos errores y pesares. Yo la acepto porque, por un momento, creo que su rostro me cambia mi apatía por la vida. Niña, joven, mujer, no sé de que planeta vienes, pero, sea como sea, estoy seguro que habrás conseguido que el resto de mi sueño no sea una pesadilla.
Y tal como lo pensé, sucedió. Mi sueño fue todo lo plácido que cabía esperar. La joven de la foto no se me apareció en carne mortal, probablemente no quería perturbarme. Hoy he vuelto a a esta mi página para ver si continuaba donde creí haberla dejado. Podía haber sido un sueño de mis primeras horas. No, aquí estaba. Aumenté la imagen unos píxeles con la intención de ver si tenía algún defecto que la acercara a una figura humana. Y no, estaba claro que no era de este planeta.