Llegó a la tierra un vehículo extraño, supuestamente pilotado por extraterrestres y fue recibido a tiros, cañonazos, y otros métodos para esterilizarlo, por si acaso. Pero el vehículo resistió a todos los intentos de destruirlo. Ante tan estrepitoso fracaso de los terráqueos del lugar para prevenirse de una posible invasión de otros mundos, nociva, sino letal, para las hombres, los poderes políticos del país donde los extraterrestres aterrizaron, recabaron ayuda al resto del mundo. Ante la amenaza evidente, y así lo entendieron todos, de tener en la tierra unos seres tan poderosos, que habían dado muestras de ser imbatibles, y con lo que eso podía significar, cada país envió sus mejores armas para intentar destruirlos. Visto que las armas convencionales no servían a tal propósito, finalmente acordaron que, previo desalojo de los habitantes que vivían en muchos kilómetros a la redonda del lugar donde estaba la nave, deberían intentarlo con una bomba nuclear. Nada; la bomba destrozó todo lo existente en un radio de 1000 kms. y extendió su mortífera radiación a otros miles de kilómetros más, dejando toda la zona absolutamente estéril. El vehículo seguía allí, más limpio y reluciente que cuando llegó. Los terráqueos ya no sabían qué hacer y se convocaron en la ONU todos los jefes de estado y gobierno para encontrar una solución, que ya se consideraba de la máxima urgencia, pues la psicosis de estar todos amenazados, había trascendido en forma de pánico por todos los rincones de la tierra. La gente no sabía qué hacer. Huían de las ciudades para refugiarse en las montañas, en interminables atascos de tráfico, colisiones múltiples con innumerables muertos, suicidios por ataques de ansiedad, todo lo imaginable de las mayores catástrofes conocidas o recordadas en los anales de la historia de la humanidad.. Los jefes de estado, reunidos en sesiones de mañana y noche intentaban llegar a un acuerdo. Al fin, después de varios días con sus noches, los debates llegaron a formular un plan de acción por consenso general. Puesto que ningún arma era capaz de destruir aquel vehículo siniestro, lo único que cabía era enviar una comisión de la tierra a que lo inspeccionara y que a los tripulantes de aquella nave les hicieran llegar un mensaje en son de paz de todos los terráqueos. Inspectores científicos, provistos de máscaras, se acercaron cautelosos. Cuando llegaron a la nave, dieron vueltas a su alrededor, tratando de descubrir alguna ventanilla, escotilla o puerta. Lo único que encontraron fue lo que parecía ser un visor, que, indudablemente, estaba allí para ver desde el interior lo que sucedía fuera. Los científicos supusieron que estaban siendo observados, así que, teniendo presente que no hablarían ninguna lengua de la tierra, mostraron, a los supuestos visitantes de otros mundos, lo que les pareció que, en cualquier parte del universo, sería un símbolo de paz…
Pero como decidir cuál sería ese símbolo de paz, no puede ser improvisado por mí para terminar la historia, invito a mis a lectores a que aporten ideas, y si alcanzamos el consenso, sin terminar dándonos de hostias, lo pondré ahí, como contribución del hombre en la búsqueda de la paz universal.
Debo agradecer las aportaciones que me van llegando; de momento individuales. Y así se manifiestan:
Una mujer muy joven, casi una niña, desnuda, dándole el pecho a su bebé
Una paloma blanca.
Una bandera blanca
Un dibujo mostrando a dos hombres en medio de la galaxia dándose la mano
Ni la niña, ni la paloma, ni la bandera blanca; la guerra es el símbolo de la paz
…
Como me temía, no hay acuerdo, y hasta con pasión descalifican unos los símbolos que aportan los otros. Mi cuento, así, no podría ser concluido con un símbolo que no le pareciera ridículo a alguien. Esperemos que no nos visiten de otros mundos, porque además de no tener armas para combatirlos, tampoco tendríamos argumentos.