Hola, ¿cómo estáis? No necesito que me respondáis, en realidad no me interesa saberlo. Normal, vosotros tampoco estáis interesados en saber cómo estoy yo. Es así, para qué engañarnos. Porque, vamos a ver, es que ni siquiera sé cómo estoy yo, si me preguntárais, estar bien o mal es algo relativo.
Probemos si estoy en lo cierto. «Hola, José, ¿cómo estás»?. Perdón, ¿quién me pregunta? ¿He escuchado mal? ¿Por qué te interesa saber cómo estoy? No respondes, no sabes por qué me preguntas. Ah!, es una fórmula cortés. No estoy, pues, obligado a contestarte. O sí, puedo responderte con un «bien» lácónico, y me ahorro ser más explícito. No tengo interés en decirte que en realidad estoy asquerosamente bien, hasta te podría molestar, a quedarte sin salida para seguir conversando sobre lo que significa estar bien. Tú no me preguntarías por qué estoy bien. En cambio, te daría una buena ocasión si te dijera que estoy mal, ya que tú me preguntarías, sin dudarlo, «¿qué te pasa?». Y como acabo de venir del médico, te traslado su diagnóstico, literal: «tienes un feo grano en el culo, que seguro te hace ver las estrellas, muy doloroso, sí, pero puedes alegrarte, porque no es grave». Y tú añadirías, «entonces no estás mal, digamos que tienes un grano en el culo que no es grave» Yo me encogeria de hombros, impotente para contradecirte. Tú, el medico y yo tenemos una percepcion diferente del significado de estar bien o estar mal, te diria. Y pasaríamos a otra cosa, salvo que quisieras darme el remedio de tu abuela para granos en el culo.
Imagina, ahora que te digo que estoy bien, y sin que me preguntes, porque no me preguntarias, me pongo a desarrollar en qué me baso para afirmar tal cosa, diciendo que vengo del medico, que le llevé dos prescripciones, una ecografia de abdomen y una analitica de marcadores tumorales, y que de ambas pruebas se deduce que estoy como una fresca rosa, ni rastros de cancer. Y tu repetirias parecido que el medico, «puedes alegrarte, porque a tu edad es raro no tener alguna cosilla, ni siquiera un grano en el culo». Para mis adentros mascullaria. Cabrón, podias haber dicho «me alegro», pero, no, sólo yo debo alegrarme de estar bien por una especie de suerte, que lo normal es que a mi edad estuviera para echarme a los leones.
Y aqui lo dejo, solo queria reflexionar sobre la soledad con la que nuestro bienestar o padecimiento es un motivo de indiferencia para los demas, todo lo más una ocasion para expresar un cumplido cortés, y si no, haz la prueba. Bueno, tendría que hacer una salvedad, la de la persona que te quiere.