MI visita al Hospital

Ayer me encontraba raro, mi equilibrio era inestable, necesitaba apoyarme en la pared, los muebles, para no caerme, me tomé temperatura y el aparto señaló 38.9 grados. Eso era fiebre alta. Algo iba mal. Se lo comuniqué a mi hija que enseguida decidió que fuésemos al médico. Yo me resistía, sabía lo que significaba ir a un centro medico: pruebas y más pruebas. Deseché los hospitales privados y decidí ir al Hospital de la Seguridad Social. En Urgencias pensé que darían con el problema en cuestión de minutos, máximo una hora.

El hospital estaba tope. Después de inscribirme me dieron una silla móvil; era un detalle, la mayor parte deambulaba buscando un asiento donde poder esperar

Durante doce horas mi caso fue tratado siguiendo el protocolo. Analiticas, tac, rayos X, pruebas y más pruebas. Entre cada prueba podía pasar un hora. Al final decidieron que me quedara esa noche en observación. En una habitación llena de boxes separados por cortinas, las camas estaban preparadas. Me asignaron una. La noche la pasé escuchando un concierto horrible. Resulta que mis dos vecinas, estaban allí por un problema de demencia, Se pasaron toda la noche farfullando palabras, muchas ininteligibles. Ya que no me dejaban dormir, pensaba en qué fallaba sus cerebros y si tendrían solución. Y sino tenían solución, qué estaban haciendo allí. Al entrar en los los hospitales o te arreglan o te llevan muerto a una sala especial.

Al fin amaneció la mañana con dos señales; idas y venidas de enfermeras, todas hablando como si fueran sordas y la luz que del día que se apreciaba a través las ventanas. Pasado cuatro horas de suplicio. Entre el tempo que estuve sentado en la silla móvil y la cama, mi cuerpo ya daba señales de dolor intercostal. Por fin llega una médico con un montón de papeles en la mano. Se dirigió a mí, me preguntó cómo estaba, «cansado», le respondí. «De las pruebas no hemos encontrado la razón de la fiebre y esa debilidad corporal, si se mantiene sin fiebre al medio día, le damos el alta y se va a casa. Bueno, me alegré que no hubiesen encontrado nada grave y que me podía ir a casa.

Doce horas esperando ese diagnóstico. De vuelta a casa decidí que no volvería al Hospital, si no era para algo que yo mismo podría sospechar y fuese de una gravedad manifiesta. O para que me diagnosticaran que el encefalograma plano ya nos les permitía otra cosa que certificar mi muerte.

2 respuestas a «MI visita al Hospital»

  1. Jose, bienvenido has sido al llegar a tu casa. Ante cualquier duda no dejes de ir al hospital, la fiebre lo amerita siempre.

  2. Siento el tiempo que dedicaste para decirte que no encontraron nada.
    En parte , la demora de las urgencias la tenemos los pacientes , que muchas veces van a urgencias personas que deberian ir al medico de cabecera. En fin , me alegro no encontraran nada malo.
    Yo , para cosas importantes , siempre confio en los hospitales de la S.S.
    Un abrazo

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