Ni cada día, ni cada mes, ni en años, mi vista se posó en el cuadro que adjunto. Situado en la cabecera de mi cama, jamás me dio por observarlo. No recuerdo el momento en el que lo colgué allí y porqué. Compartía cama con mi esposa, hoy sólo yo hago de ella mis sueños. El cuadro no dice mucho, al menos mucho que me haga pensar. El cuadro es original, pero desconozco su autor, aunque vaya firmado con «L. Paton».
Hoy al levantarme me dio por fijarme en él y quise que me diera un idea para poder escribir sobre algo. En el cuadro parece que es una joven, una niña, que descansa en su regazo otra niña menor. El fondo es claramente bucólico, aunque impreciso. Un cesto de flores significa, claramente, que la «niña» las ha recogido para llevarlas a casa. «La niña» mira al frente, cualquier cosa que le atrae y que no comparte conmigo. «¿Alguien que se acerca?» Me hago esta pregunta y comienzo a elucubrar ideas sin fundamento. Atrapado mi cerebro, ya no es capaz de desentenderse de aquella escena que comienza a tomar vida. Pero tenía poco sentido quedarme allí observando el cuadro ignorado tanto tiempo, así que me llevé la imagen conmigo y salí del dormitorio.
A no sé a qué hora del día, una ráfaga de luz me dio una escena que no había conseguido antes. Esa niña del cuadro, la niña más pequeña que parece pertenecerle, el cesto de flores, el fondo difuminado de tonos verdes, no representa algo real, el pintor no tenía en sus manos una cámara que inmortalizara una escena. El pintor tenia unos pinceles, unas pinturas, una paleta, y comenzó a plasmar trazos en el lienzo. Quizá era un romántico que vio a esa niña en su mente y con suma delicadeza la trajo a este mundo, un mundo en el que nada es real, que todo está en nuestra imaginación.
Ahora me es inevitable mirar el cuadro cuando me acuesto. Siempre espero darle vida en mis sueños, pero aún no lo he conseguido; debe ser porque ya no sueño, o ya no sueño en cosas que volvieran a darle sentido a mi vida.
Amigo Jose , no es fácil darle sentido a la vida , sobre todo cuando se lleva en la mochila una dolencia que perdura y perdura .
El cuadro , ese cuadro puede ser lo que otras veces son las formas caprichosas que tienen las nubes en el cielo o un desconchon en la pared o lo que nos dice una ladera o montaña , parece no se , un pato o un delfín y te inspira quien sabe que . Tu cuadro , como cualquier cosa que tenemos a diario , paso desapercibido hasta hoy , por que no me fijé antes en el ?
La razón es que tu instinto de observación le tocó ese día , y te imaginas cosas , escenas ….
Cuando se está solo hay tiempo para todo , hasta para fijarse en un cuadro .
Así es la vida y así nos la cuentan las cosas que tenemos a nuestro alrededor .
Un abrazo Don José
El creer que ya no tenemos fuerzas o tiempo para hacer de un sueño una realidad resulta frustrante y triste. En este caso apelo a la sabiduría de Esopo y digo: la uvas estaban tan verdes, la realidad nunca es tan bonita como los sueños.
Antes tenias una mancha en la pared y ahora tienes un cuadro.
Enhorabuena , porque ahora seguramente lo mirarás al menos una vez al dia y seguiras intentando descifrar cosas de él e imagino que al mirarlo mas de una vez vendrá a tu mente tu compañera de toda la vida.