De las múltiples definiciones que se dan a esta palabra, me interesa una que conocí ayer por primera vez.
Un científico español, Juan Carlos Izpisúa al frente de su equipo, inyecta en embriones de los animales células madre de personas con el fin de avanzar en la generación de órganos para trasplantes. Esto, que, en sí mismo, ya parece una quimera, no lo es, en tanto que es realizable. Ellos, no obstante, lo llaman quimeras de humano y mono, un primer paso para el hombre y un gigantesco paso para la humanidad. De momento, y en china donde se autorizan estas practicas, dicen que está controlado hasta la linea roja que ellos mismos, bajo su conciencia, han fijado: producción de órganos compatibles con los seres humanos y a la carta. ¿Donde han puesto esa linea roja? Aseguran que no lo han intentado, pero no dudan que puede hacerse: que esas células madre humanas migren al cerebro del mono, o de cualquier otro animal, y, consecuentemente, la quimera resultante tenga conciencia humana. Como están asustados de esa posibilidad, abortan el experimento en la fase de gestación; destruyen el embrión antes de nacer. ¿Nos lo creemos?
Dado que los límites morales de estas prácticas se establecen entre humanos y otros animales, entienden que no son aplicables a experimentar entre animales más o menos emparentados. Y lo han conseguido en ratas y ratones. «Perfecto, lo tenemos», se habrán dicho satisfechos, y lo archivarán para tiempos mejores. Parodiando una pasaje de «La verbena de la Paloma», me atrevo a exclamar: ‘ hoy la ciencia avanza que es una barbaridad’. Pues eso, y también una «brutalidad» y una «bestialidad». Y por entonces esto se refería a que se podía tomar el aceite de ricino en píldoras, sin los efectos secundarios de mal sabor del líquido; era el año 1894. ¿Alguien de aquella época pudo pergeñar la quimera en una aproximación a la quimera que hoy me ocupa en este espacio? Por lo mismo, ¿Alguien hoy duda que dentro de, pongamos 100 años, las barreras morales se habrán relegado a no crear quimeras entre el hombre y la mosca (se han hecho películas)? Dicen del cerdo que sus órganos son muy parecidos a los humanos. Humanos cerdos ya existen, pero no se tardará en crear cerdos humanos. Y seguirá habiendo reticencias en comer carne de cerdo humana. Esa será la nueva linea roja, quizá.