Una respuesta a «Una rosa es una rosa»

  1. José, pan y mantequilla. Corazón-coraza en emoción convertida. Espinas que literarias, dejaron de ser esquirlas, desafiantes dardos, o monsergas repetidas. La almita aquella que, exhalaba hiel: fue visitada por la afanosa abeja que le trajo miel.
    Jiji jiji. Que horrorosa y cursi me ví por tuya culpa, José Diez. Ya dudo hasta en firmarlo. Es que no es mi estilo.jijiji jij

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