Capítulo 1
Vio el Señor de todas las cosas creadas que no todo había sido bueno, como él, allá en el principio de los tiempos, previó lo que constituiría su divina obra. Y no estando satisfecho de sí mismo, torció el gesto, mientras pensaba en las causas que habían llevado a que sus previsiones no se hubiesen cumplido.
Allá, en los confines del universo, quiso que un pequeño planeta fuese la matriz de posteriores colonizaciones por los seres vivos que habría de engendrar. Y en ese planeta, el hombre, según su designio la obra más amada de su creación, sin embargo había evolucionado sin su control a formas que, a todas luces, degradaban el destino fijado para él. Bajo los efectos de su enojo, se propuso castigarlo sin destruirlo.
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