Dirán los que me conocen: «José se ha vuelto loco, si siempre presumió de ateo». Si Einstein , dicen, que creía en Dios, ¿cómo voy yo a atreverme a decir lo contrario, que dios no existe. Pero Einstein no es que creyera en el dios de los teistas ortodoxos, Estaba más bien con Spínoza. Einstein se creó una figura de dios que cabía en su cerebro sin provocarle epilepsia o productos de desecho. Observaba la Naturaleza, todo le parecía ser posible reducirlo a formulas matemáticas, y como a ese fenómeno que le fascinaba tenía que llamarlo de alguna forma, lo llamó dios. Claro, los que creían en el dios creador de la naturaleza, dueño y señor de la misma y no en la naturaleza misma, le aplaudieron con las orejas. «Einstein es deista, cree en Dios». Pero eran otros tiempos los que corrían, cuando el Universo se creía inmutable. Hoy, para desolación de muchos, el Universo sigue un proceso de destrucción imparable, si sigue vigente la segunda ley de la termodinámica. Serán muuuuuchos años para que se convierta en una caca, por lo que, tranquilos, mientras eso sucede, todo el mundo y sus ideas tienen cabida. Las religiones por un lado y los materialistas ateos de la peor especie, podrán convivir sin otras armas arrojadizas que las palabras.
¿En qué dios creo yo? (según el contexto, escribo dios y Dios). Por lo visto y conocido hoy en día, desde luego no creo en un dios que premia, castiga o te hace ver visiones. Ese dios sólo es una posición, no un estado de gracia, ni lo pongo por testigo. Ese dios en el que creo es el que yo utilizo para nombrar cómo están las cosas en este momento: mal, muy mal. La Naturaleza, o sea Dios sí parece que juega a los dados, al contrario de lo que opinaba Einstein. Stephen Hawking vino luego a decir que «sí juega a los dados y que a veces los tira donde no podamos verlos». Me quedo con «a veces los tira donde no podamos verlos», un jugador que hace trampas, vamos. Esta frase, sin mencionar a su jugador, dice claramente cuál es la situación, o la posición que mantengo: como yo ya no he de verlo, algún día el hombre habrá definido a Dios como un juego intelectual del pasado. Los dados pasarán a ser un antiguo juego de niños. Y la gente ya no se cuestionará si Dios existe o no, sólo intentarán sobrevivir por su cuenta.
Menos mal que que mi amistad no tiene la premisa de creer o no , te acepto y quiero que me aceptes como eres , como soy .
Jamás será este un tema de controversia entre tú y yo .
Un abrazo