De la vida según y como

No voy a tener la tentación de escribir una tesis sobre la vida. De la vida se ha dicho todo en frases celebres. Tampoco seré yo el que entre en disquisiciones filosóficas, en las que no me siento a gusto ni preparado para competir.

El titulo, muchas veces obviado por mí, ha surgido espontáneo después de ver una peli de la que no voy a dar el título y tampoco haré de relator en una sinopsis que nunca mostraría, ni de lejos, la historia que cuenta. De esta película, formidable para mí, sólo me vale la idea genérica que me sugiere: la vida.

Y si he de seguir con esta entrada, ¿qué voy a decir que llene, al menos, una pagina? Voy a escribir, no sobre la definición de la vida, voy a escribir sobre lo que define la vida.

No sé si antes lo había pensado, pero es igual. La película me dice qué es la vida, la conclusión la deja al espectador.

Dos vidas paralelas que impiden una definición categórica de Vida. Un hombre ha llegado a ser inmensamente rico y parapléjico, dos metas que no tiene premio a su llegada. Un negro (lo de negro es una licencia del guionista para darle más color al drama), lumpen expresidiario que, además del color, lleva el fracaso impreso en su rostro. La casualidad, farol de la vida, los une sin que estuviera previsto. Y es aquí donde surge para mí la idea de la vida como concepto no manipulado.

La vida es un conjunto de cosas grandes y pequeñas. Los que gozan de las grandes, no siempre son felices, quizá porque desconocen o desprecian las cosas pequeñas, y suele exclamar: esto no es vida. Los que se ven inmersos en un mundo de cosas pequeñas, se resignan y sólo sueñan con las cosas grandes, también suelen desahogarse exclamando que eso no es vida. Pero en la película hay una conjunción de cosas grandes y pequeñas, y como en una alquimia fantástica, se unen, se amalgaman y surge la vida. Ninguno de los dos seguirá diciendo esto no es vida, sin necesidad de que las cosas grandes y las pequeñas sigan diferenciándose nítidamente en una batalla por alcanzar la supremacía. Y cuando en la ocasión que las cosas grandes tratan de imponerse, ambos elementos vuelven al esto no es vida.

Conclusión. Al parecer la vida es la que uno siente como tal, la que en cada momento le hace exclamar esto es vida. Yo, en estos momentos, no me atrevo a decir una cosa o la contraria. Si acaso que vida es ojos que ven, oídos que oyen, olfato que huele, papilas que gustan y tacto que siente. Más allá de estos cinco sentidos o si falta alguno, la vida deja de ser vida, quizá otra cosa.

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