De putas

El título podría ser igualmente de maricones, pero, en esta ocasión son las putas las que me inspiran . Y porque, de un tirón, he visto la primera entrega de una serie de Netflix titulada Sky Rojo. Sin pecar de spoiler, resumo que la serie, española y argentina, trata de las señoritas que prestan sus servicios en un local llamado «Las Novias». La madame controla el buen hacer de sus pupilas, y el dueño, un hijo de puta en toda regla, de contar los euros que recaudan las chicas. Las «empleadas» son reclutadas en los países sudamericanos con una oferta de trabajo engañosa. Una vez aquí, en España, el trabajo que se les asigna, sí o sí, es complacer a los clientes más exigentes en el menú del sexo. Las escenas son explícitas y todo hace presagiar que es una serie porno. Pero no. A algunas chicas se les tuerce el destino y deben enfrentarse a una situación extrema de supervivencia. Es entonces cuando la serie, en un tótum revolútum, nos muestra que ser putas es una dura profesión que ha de ser aceptada para conseguir metas humanas, otro tipo de supervivencia que dejaron pendiente cuando se despidieron de sus familias, que en situación precaria, vieron los cielos abiertos con las remesas esperadas. La serie no se anda con exquisiteces y pone a la avidez del espectador el menú que alimente sus más bajos instintos. Pero como digo, en aquella fábrica suceden más cosas que la convierten en un espectáculo tolerable para los moralistas más exigentes. Se llega al punto de sentir dolor al empatizar con aquellas pobres criaturas y odio profundo a los que han montado el tinglado pensando en los beneficios.

Creo que fueron ocho los capítulos que vi de un tirón, y ahí termina la primera temporada. Lo que suceda en la segunda será previsiblemente más de lo mismo; de las putas sólo se puede esperar sexo y tragedia. Y por encima de ese escenario, sobrevuela la miseria de los que hacen que sea posible; los dignos ciudadanos que, como dicen los proxenetas, allí les dan la caridad que mendigan. Un servicio social como cualquier otro, quizá por eso se permite.

Una respuesta a «De putas»

  1. Es el procedimiento ,al parecer , muy empleado para engañar a muchas mujeres en apuros económicos y en otros casos , para liberar a otras muchas que quieren romper amarras con su sistema de vida .
    Es criticable y debe ser castigado , el traer a mujeres a un país extraño con el engaño y promesa de un trabajo digno y cuando el viaje es irreversible , obligarlas a ejercer la prostitución con todas las humillaciones que conlleva. Es un tema peliagudo y complicado pero siempre condenable.

Responder a Pepe Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.