Dejaste de ser niña

Niña que dejaste atrás tu muñeca de trapo, tu camita con barandillas que evitaban tu caída, con aquel pajarito azul de plástico que volaba colgado de un hilo sobre ella, la mantita suave que tu llevabas a tu cara y acariciaba tu piel, aquel payaso en un póster aplastado en la pared de color rosa pálido, tus sueños con hadas y gnomos, tu sonrisa a mamá cuando ibas a dormir, algún pipí que se te escapó sin querer, el suelo lleno de cosas; era tu mundo. Te fuiste de allí mirando hacia atrás porque tu mamá te arrastraba de la mano sin comprender por qué aquellas prisas. Tampoco comprendiste luego qué había pasado para que no volvieras a tu camita, a tu pájaro azul a tu mantita, a tu muñeca de trapo, a tu payaso, a tus cosas esparcidas por el suelo.

Un incendio destruyó tu pasado, y ya no volviste a ser niña.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.