¿Qué me dice usted, señora.
que soy el hombre de sus sueños?
Y no le parece que a deshora
lo suyo son vanos empeños?
¿Qué podemos hacer si duerme
y de pronto se despierta
y comprueba al no verme
que dejó cerrada la puerta?
Esta noche la deja abierta
y el sueño no será tal sueño.
Le prometo que será cierta
la idea de ser su dueño.
Luego, ya podrá pensar
si entre sueño y sueño
si supe bien o no follar.
JDD. (Febrero 2021)