Esta carta, que incluyo, la escribió Andrés, un joven que fue objeto de acoso por sus compañeros del colegio y en otras circunstancias. La escribió para justificar por qué se iba a suicidar, algo que sucedió.
Es imposible ponerse en la piel de Andrés y mostrar empatía con su decisión; sólo si hemos padecido de algo así, siendo cada caso independiente y no identificable como el resultado de un síntoma.
Andrés tomó esa decisión en uso de su libre albedrío, aunque empujado por las circunstancias. Se puede pensar que Andrés fue un cobarde, que su decisión no estaba justificada, que la vida le iba a reservar mayores pruebas. Se puede pensar que Andrés era un mitómano, que creyó reivindicar un papel de héroe y que, al fin, todos hablarían de él y que su testimonio serviría para acabar con el acoso en todas sus formas.