Eutanasia

No comprendemos por qué aguantamos tanto, por qué sufrimos sin la menor esperanza de que cambie de signo. Y hacemos todo por permanecer, por continuar en esa situación. ¿Morir? Poca veces el que sufre se plantea ese deseo, y terminar. Lo habitual es aferrarnos la vida, la mala vida, como sea. El temor a morir es más grande que cualquier planteamiento desde el sufrimiento. Quizá sea porque abrigamos la esperanza de que nacerá un nuevo día para nosotros. Muchos casos, sin embargo, son irreversibles, la esperanza es sólo una sombra. Si hemos de morir, ¿por qué esa despedida en la que el sufrimiento nos acompaña hasta el final? La eutanasia, esa palabra maldita, que reclamamos para nosotros en el lecho del dolor, pero que los encargados de administrarla, médicos, familiares, no quieren ser los participes necesarios. No es fácil posicionarse a favor o en contra. Nos asusta disponer de la vida de los demás, por más que esta sea precaria. A nosotros no nos duele, y todo lo más lo lamentamos aplicando al doliente lo que tengamos a la mano para paliar el dolor, que no siempre es efectivo. Cuando muera, diremos: » lo que sufríó el pobre para morir». Y no nos damos cuenta que fuimos nosotros los que prolongamos su agonía.

Algún día esto cambiará. El ser humano está aún rodeado de mitos que le condicionan, leyes que nadie quiere cambiar para no ser señalados por los que aún están en contra. Y confío en ese día en el que ser humano se comporte como tal, se despoje de todo lo que le convierte en un ser inhumano con su semejante que sufre sin esperanza. Quizá cuando, de verdad, todo esté en nuestras manos, y no en las de un dios, supuestamente dueño de la vida y de la muerte.

2 respuestas a «Eutanasia»

  1. Buenos días amigo Jose .
    El tema que tocas hoy es , sin duda , “de alto riesgo “ y digo de alto riesgo por ser de una trascendencia social muy alta .
    Lo que a continuación expongo lo hago desde mi muy particular punto de vista , no hay visos de signos creyentes y si de un sentir personal e independiente .
    Por qué prolongar la vida de un ser humano en las circunstancias que tú expones ? Ahí es nada la responsabilidad de decidir si enchufo o desenchufo , ya no solo a un miembro de mi familia o como médico a un enfermo terminal . Ni le arriendo las ganancias a uno o a otro .
    Más bien , y después de pensármelo mucho , yo abogaría por aceptar la decisión personal de cada ser humano , eso si , en plenas facultades mentales , de ser “ desenchufado o no “ .
    Al igual que en vida decidimos dejar testamento a herederos con mejoras o con igualdad , a ser incinerados o no , a tener una despedida religiosa o no , en fin , lo que se dice elegir mi destino y mis deseos en un futuro cuando ya no esté o cuando entre en un estado que me prive de decidir por si mismo .
    En esas circunstancias yo no pondría objeción alguna , con todo , mi más y mayor respeto a los que defienden ideas contrarias a las mías, pero de lo expuesto, a que después de perder mis facultades físicas y mentales otra persona decida por mi , nada de nada , solo vería “ bien “ esta determinación que yo expongo si la hubiese o hubiésemos decidido en vida y con conocimiento pleno .
    Un abrazo amigo Jose .

  2. La eutanasia es un tema controvertido en el que no se debiera dejar en manos de otros la responsabilidad de la vida o la muerte. Tendría que ser el sufriente el que tome la decisión y la ejecute, porque cegar una vida ajena debe ser terrible. Pero ¿cuál es el límite entre la eutanasia y el suicidio? ¿La sociedad aceptará ambas acciones como naturales de la vida? Si otro, léase médico, tiene que dar la conformidad ya no sería una acción libre.

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