La inquietud

Conmoción, el alboroto, el desasosiego, la desazón,  abstinencia del abuso de drogas, hospitalización, ansiedad generalizada, fobias, pánico, trastorno de estrés postraumático, trastorno obsesivo compulsivo, miedo, desubicación, intranquilidad, zozobra, agitación, preocupación…

Palabras que pueden sustituir a la inquietud. Todas son importantes, porque impiden la quietud del espiriru, el sosiego del individuo que las padece. Todas superables. Pero he encontrado una definición que por si sola ya el ser humano se ve impedido de superararla. Se refiere a la:

«La inquietud fundamental que se define como la constante necesidad que tiene el ser humano, desde hace millones de años, de buscar una razón o esperanza para vivir y justificar su existencia»

Esta situación no admite postulados estadisticos; todo ser humano, en más o en menos, la padece.

La esperanza para vivir no es otra cosa que la inquietud ante la muerte. Y la falta de justificación de la existencia es ¿para qué he nacido si voy a morir». El individuo normal no tiene respuestas a estos dos postulados, de ahí que que padezca la llamada por alguien inquietud fundamental. Debe ser llamada así, porque todas las demás causas de inquietud son , de algún modo y como digo, superables. Si buscamos definiciones para intentar sustituir el desasosiego o la inquietud que nos provoca estos dos supuestos fundamentales, nos podemos encontrar que nos sirven sólo para comunicar nuestra tranquilidad al respecto, pero ya el solo hecho de buscar motivos que nos cuentan o que nuestra mente los instale en nuestro pensamiento, se debe concluir que esas personas viven en un estado de inquietud permanente, muy superior a cualquier motivo de inquietud que no sea fundamental. Y que nadie diga que vive en paz consigo mismo porque ha superado esas dos inquietudes con las que se nace y perduran hasta morir. El pensamiento puede ser una droga que adormece los estados de ánimo del individuo, pero este pensamiento no está instalado de forma fija en nuestro cerebro, es intermitente, de modo que la inquietud convive con los estados de tranquilidad. No existe ninguna definición de inquietud que se refiera a una cierta clase de individuos con el cerebro funcionando dentro de la normalidad; es a estos a los que me refiero.

Depresión.

Pensamientos suicidas o suicidio.

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