Tanto tiempo mirando a America, tanto tiempo contemplando a lo que queda, a lo que permanece, que me perdí en lo accesorio siendo lo fundamental lo que fue.
Otro documental que me transporta a la America, o como quisiera que se llamara, que mi ignorancia desconocía. Ahora descubro que en un lugar de ese continente existieron unos seres que, cuanto menos, fueron sorprendentes. No sabemos cómo llegaron, quién los puso allí, de qué origen evolucionaron. Sabemos que los destruimos llevándoles pestes, enfermedades para las que no estaban vacunados. Hoy, estudiamos los vestigios de su existencia y nos sorprendemos. Mirad , si no lo sabíais, todo lo que se puede saber sobre ellos con la ayuda de Google. Yo, después de ver atónito el documental, creo saberlo todo. Digo creo, porque no soy tan pretencioso como para emplear el verbo saber. Porque no sé nada de sus motivaciones últimas para tanto esfuerzo. Al igual que con los Tiahuanacos, sólo se puede tener una hipótesis, que la muerte reclamaba la existencia de dioses que la aceptaran en su seno como otra forma de existencia. Y aquellas gentes no sabían otra forma de tenerlos contentos, que llevando su esfuerzo a cotas solo al alcance de los dioses.
Dentro de dos mil años, de nuestra civilización sólo se dirá que fuimos unos estúpidos ignorantes, que de haber tenido a dioses sentados en los consejos de administración, quizá habríamos dejado algo que admiraran los que nos estudiaran.