Tengo un lugar preferente para sentarme y acumular horas contemplando «cómo se pasa la vida, cómo se viene la muerte*. He abandonado mi estudio, mi ordenador principal, y aquí tengo mi Macbook, que es como tener un sucedaneo de alta informática. En realidad nunca aprecié en qué se diferenciaban, salvo en la formal postura que me permitía el sillón reclinble, o más alto o más bajo, a más de algun vaiven mientras pensaba. Como ahora ya casi no pienso, no lo echo de menos. Y hoy, sentado en el sofá del salón, con cojines suplementarios para acomodar mi culo de un dolor permanente que nada le detiene, miro este Macbok, una caja cerrada, que yace en una mesita *ad hoc», esperando que lo abra, aunque sólo sea para mostrarme que sigue vivo y disponible. Pero en muchas ocasiones le he ignorado, porque, invariablemente, me lleva a un mundo que esta peor que mi culo…
Lo siento, mi culo me pide toda la atención y no puedo seguir divagando., quizá en otro momento pueda decir algo que muestre que esta página sigue viva.