DIVAGACIONES SOBRE LA VIRGEN MARÍA
Con mi absoluto respeto a los que con estas cosas que digo, no descalifico sus creencias; sólo es filosofar, o dicho de otra forma, hacer el tonto. Me queda el consuelo de que los tontos nunca mienten.
Un día del año, en los ámbitos católicos romanos, se celebra el día de la Virgen. Se hace fiesta y en algunos lugares se procesionan imágenes, todas diferentes, de la «Madre de Dios». María, la mujer que dio a luz en parto milagroso a Jesús de Nazaret, es así venerada por los fieles. Tomó el apelativo de virgen, del hecho, según se cuenta, de no haber «conocido varón»; es decir, que María no tuvo relaciones carnales con José, su marido, ni con ningún otro hombre. Resulta curioso un hecho que, sin embargo, no se analiza. Según se cuenta, María quedó embarazada por intercesión del mismo Dios. Hasta aquí, nada contradictorio; Dios podía hacerlo con su infinito poder. Y tampoco, a la luz de los avances científicos, era imposible para Dios poner en el vientre de María el germen completo, para entendernos, procedente únicamente de una célula madre, con un único código genético. Hoy se pueden producir clones, sin el concurso ni del óvulo ni del espermatozoide. Pero esta posible forma de dar origen a lo que luego fue Jesús presenta un problema, pues, como mínimo, deberíamos admitir que los genes de Jesús fueron creados ex novo por Dios y María una madre de alquiler, en términos actuales. Pudo ser. Se parte de que fue un milagro, y no admite explicación. No se puede discutir que María no fuese virgen antes del matrimonio con José e incluso después. Pudo ser. Por otra parte, había, también según se dice, un precedente de fecundación milagrosa, también por intercesión directa de Dios. Así fue que Isabel concibió a Juan, luego apodado el Bautista. En este caso se dice que Isabel era estéril, algo que no pasa de ser normal. En ambos casos, María e Isabel, concibieron y parieron sendos hijos de forma milagrosa en su origen. Para la fe, este hecho no admite discusión. Aquí reside lo que no deja de ser curioso y que nadie plantea, no habiendo inconveniente mayor. Si en ambos casos, Juan y Jesús, fueron concebidos por mediación directa de Dios sin el concurso ni de hombre ni de mujer en sus respectivas fisiologías, salvo ser meros recipientes tanto María como Isabel, quiere decir que Juan y Jesús eran hermanos en Dios Padre, «gestador» de ambos, ya que ni Zacarías ni José habían tenido parte alguna. En definitiva, ni María ni Isabel fueron madres biológicas, no podían serlo; Juan y Jesús eran clones, o Dios sabrá, pero, ¿qué fue lo que impidió que nos lo contara? Y si para Dios no existen impedimentos, ¿por qué nos lo contó tan mal, que convierte la fe en una ceguera absoluta? ¿Fueron ganas de joder a su manera? Pues vaya…
(JDD 2003)