De la Amistad

 

Qué hermosa palabra, ¿verdad? Es una de esas palabras que se han inventado para definir un sentimiento. Es parecida a la palabra Amor, pero no es igual; la Amistad es desprendida, el Amor es exigente. Podría parecerse a Lealtad, pero no es igual; la Amistad no cuestiona, la Lealtad pone condiciones. La Amistad se confunde con Compañerismo, pero no es igual; la Amistad está siempre disponible, el Compañerismo sólo en ocasiones propicias. La amistad se confunde con Hermandad, pero no es igual (no confundir con parentesco, me refiero a confraternizar); la Amistad no precisas de lugares comunes, la Hermandad sólo se invoca en beneficio común.  Y se podría seguir.

¿Es la Amistad un sentimiento único, a preservar como un tesoro?

Tengo mis dudas, y por eso mis amistades se cuentan con los dedos de una mano, quizá alguno más de la otra. Es así que siendo consciente de escasez de amig@s, esa duda me ha impedido prodigarme. También es verdad que existen muchos más a los que les tengo afecto, pero el afecto sólo se manifiesta en una dirección, no se espera correspondencia. La amistad es una entelequia, que se define en sí misma, todo los demás que se le parecen son sentimientos con matices, que para definirlos se precisa de un contexto.

Recoger el último verso de Borges sobre la Amistad, «Gracias por ser mi amigo«, pienso que es una barbaridad. No existe el agradecimiento en la Amistad, existe una correspondencia en la que ambos sujetos se consideran recíprocamente pagados, sobra, por tanto, el agradecimiento.

Repasando la pequeña historia de mi Amistad, ésta se ensombrece cuando recuerdo a aquellos que fueron un día mis amigos. El tiempo los ha diluido en mi memoria. Han dejado de estar presentes, y sólo los evoco como sucesos en mi vida. En ocasiones me complazco al recordar algún detalle vivido, con tal o cual amigo, y siento algo de nostalgia, pero no hago nada por traerlos de nuevo a mi vida, ni si quiera para saber si  siguen vivos y en qué circunstancias. ¿Fueron realmente amigos?

Abruma entrar en la Red y observar todo lo que se dice sobre la Amistad, todo, probablemente, verdad, pero quizá por eso yo me siento incapaz de definir lo que es Amistad para mí y asumirla, debe ser porque no soy capaz de cumplir con todos sus requisitos. Aún así, a los que considero mis amigos, jamás les pediré si ellos los cumplen.

¡Luz, más luz!

El hombre, ese ser que no descansa en buscar explicaciones a todo lo que justifique su existencia, no tiene reparo en, a donde no llega su capacidad para probar cosas que su mente crea, proponer teorías. Con ellas apacigua su inquieto cerebro, recibe honores, y si la vida se lo permite, intenta pasar de la teoría a la praxis, en solitario o en compañía de otros. Son hombres y mujeres especiales que tirando del hilo de su pensamiento, a veces llegan a exclamar ¡Eureka! Una minoría a lado de la gran mayoría de humanos que o nos tienen sin cuidado sus teorías o esperamos expectantes ¡luz, más luz!. Traigo aquí una panoplia, no exhaustiva, de teorías que ocupan hoy el hitparade de la ciencia. Todas, ¡ay!, teorías no verificadas, tampoco negadas, salvo por aquellos que siempre quieren cabalgar en un caballo blanco. Yo estoy en el 95% de la materia oscura que sólo pide ¡luz, más luz!

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Es sólo un pez

Los seres humanos sostenemos que somos superiores a otros seres conocidos, a los que genéricamente llamamos animales. Este supremacismo, en ocasiones, lo ridiculizan hechos como el que muestra este video. El protagonista es un pez. No posee otras herramientas que sus aletas. No poese otro impulso que dar satisfacción a su hembra, que acepta esa prueba de amor para alumbrar sus huevos en el centro de la estructura. Y es difícilmente superable en belleza por otro ser, incluído el ser humano. Esa estructura creada por este pez puede traducirse en una fórmula matemática. Nadie le enseño matemáticas, como a otros animales que también sorprendenden con sus creaciones, las celdillas de las abejas, por ejemplo.

La reflexión de este escribidor tiene necesariamente que dejar paso a la imaginación, por no tener recursos que su cerebro expliquen este prodigio.

Observo el proceso y el resultado final una y otra vez. Netflix tiene la secuencia completa, y en ella muestra la utilidad final de esa obra, ¿de arte?, que, como digo antes, es el nido de amor en el que la hembra ha comprendido que allí es donde tene que poner sus huevos, previamente fecundados por el artista. ¿Tiene algún significado práctico que sea, precisamente, esa estructura? Mi imaginación no está a la altura, en esta ocasión, para suplir la carencia científica. Pero como soy libre de decir lo que pienso, aunque resulte estúpido, me arriesgo a suponer que ese pez hizo eso para su amada, sólo para que pensara que nadie podía superarlo.

Rosa Inacabada

Recupero este escrito de 2009. Desapareció cuando cerré mi antigua WEB. Ahora lo encuentro en la nube, ese cementerio en el que se guarda todo, muerto o vivo. La historia que cuenta es una cabronada para lectores sensibles. Por aquella época no era el llorón que soy ahora, así que, probablemente, me regocijé escribiéndola. 

Prólogo

Un sentimiento recurrente me hace pasarlo mal. Hace tiempo creé un personaje entrañable. Le puse nombre Rosa, y “era una joven hermosa. La miseria que la rodeaba suponía sólo una paradoja de la vida más cabrona que a algunos seres les toca en suerte.“ Así escribí a guisa de presentación.

Y la puse en el espacio-tiempo como el ser que se esperaba fuese, a la vez que retrataba su alma sin ningún tipo de concesiones. Pero eso no era ningún mérito; debía sacarla de aquel destino, ejerciendo de dios benévolo con ella. O fue ella la que me lo exigió.

Y me hace sentir mal, porque por mucho tiempo dejé a Rosa varada. Dejé su vida en suspenso, no sé si porque me faltó el aliento vital con el que le daba la vida. Ella parece, de tarde en tarde, reclamarme que cumpla con la idea que le metí en la cabeza: hacer de ella un princesa de cuento de hadas. La dejé en el camino, cuando se disponía a ejercer, si no de princesa, si de mujer singular. No sé si me queda vida y nuevas ganas para impedir que haya nacido para nada.

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Del todo a la nada y viceversa

Había visto antes este video. No recuerdo si me llevó a concluir la idea personal que ahora tengo del Universo. Por supuesto que no me comparo con Steve Hopkins, capaz de tener todo el Universo, sus efectos y causas, en esa cabeza que constituye todo su ser físico. Yo soy yo, con mis capacidades y con mis limitaciones. ¿Por qué no puedo yo tener la idea del Universo que sea suficiente en sí misma para apaciguar mi inquieto pensamiento? Sin cuestionar ninguna de las leyes físicas comprobadas, mi pensamiento se queda colgado de las teorías que tratan de explicar lo aparentemente inexplicable. ¿Debería ponerme a un lado de tan grandísimos  pensadores sobre este tema, aceptando que mi mente no puede competir con la de ellos?

Por casualidad el video que acompaño a vuelto a inquietarme. Ahora lleva catorce millones de visitas, muy lejos de los cuatro mil millones del video musical Despacito, que en términos relativos es como el todo y la nada, como el punto del que surgió el Bigbang y el Universo expandido actual. Dice esta enorme diferencia de lo relativo de nuestras apreciaciones subjetivas. No he caído en la tentación de leer ninguno de los 17.000 comentarios que siguen al video, ¿para qué?, si son otros tantos pensamientos personales sobre una teoría, quizá más fundamentada que la mía pero no menos inconclusa. El artículo dice que Hopkins ha encontrado, al fin, la explicación al origen del Universo, antes del Bigbang no había nada, dice. Leo incrédulo el artículo. Es una teoría, aunque por venir de quien viene, los legos en la materia deberíamos decir amen, y a otra cosa, mariposa. No acepto las verdades reveladas, no formo parte de un grupo de personas, más o menos numeroso, pero no universal, que acepta una verdad revelada como principio inmutable, inamovible. Si más adelante mi mente afina más lo que ahora pienso, lo aceptaré, sin más, como mi idea actualizada.

El video que acompaño es una recreación de nuestra actual existencia en el contexto del nacimiento del Universo. Las imágenes, en sucesivo flahback, llevan a poner ante nuestro ojos la teoría de la creación del Universo. El presente es la Tierra que habitamos, le sigue la creación de los Planetas y la Tierra se difumina, aparece el Sol y los Planetas desaparecen, luego se forma la Galaxia y desaparece el Sol, uno más entre millones de soles. Y así, a cada presente el video lleva al pasado, al Bigbang original cuando no existía la galaxia, el Sol, los Planetas, la Tierra ni nosotros.

El video, por si no lo habías comprendido, comienza de nuevo en sentido contrario, más acorde con el nacer de toda existencia. Y así, nos muestra un punto en medio de la nada, punto que   en explosión cósmica, Bigbang, da origen a la materia en expansión, la formación de las galaxias, la galaxia a la que pertenecemos, el Sol que nos alumbra, los Planetas que nos acompañan subsidiarios, aparentemente inútiles, del Sol, un punto que se agranda y que termina siéndonos familiar, la Tierra. en unos pocos minutos, tenemos la peli que condensa catorce mil millones de años de gestación sin que se prevea cuando hace aguas, y el parto, al fin, nos dice si es niño, niña o todo lo contrario. Y aquí lo dejo, que cada cual, dueño de su mente, elabore su personal teoría, tiene todo el derecho, incluso, faltaría más, que hay un dios que lo explica todo..

De emociones y sentimientos

Llorar de emoción o llorar de sentimiento. A mi edad los ojos se empañan fácilmente, los motivos no son siempre justificados. No están justificados que yo los tenga, y muchos de ellos son la reacción refleja ante un desencadenante que me es ajeno. Y está la congoja, que es el clímax de una emoción o de u n sentimiento. Cuando siento congoja, esa angustia que atenaza la garganta se resuelve con mis ojos empañados de lágrimas. A veces me queda un residual dolor en el pecho, y esto no debe ser bueno para un corazón ya cansado.

¿Soy un persona sensible? Veamos que me causa una emoción o sentimiento que se traduce en lágrimas y/o congoja.

La noticia del abandono de un bebe vivo en un contenedor de basura, el abuso de una niña por su padre, la admiración que produce el éxito ajeno, las muestras de afecto de mi perrita Lola,  la brutal agresión que sufre cualquier ser indefenso, la  alegría después de la reconciliación,  el alivio que se siente cuando superas la impotencia, el exceso de  amabilidad inesperada, la amargura que produce la muerte de un ser querido, el amor en muchos de sus avatares, la angustia como expresión límite del miedo, algunas añoranzas insuperables, después de sentir apatía ante un hecho conmovedor,  en el arrepentimiento por un acto irreversible,  el arrojo de una madre que defiende a su cria, el asco de sentirme manipulado y consentirlo, el asombro ante lo irracional,  la atracción fatal ante el peligro, la prolongada ausencia de un ser querido, la  bondad de algunas personas, la cólera inútil ante las injusticias, la compasión sin el remedio,  la culpa inconsciente, la decepción ante la expectativa que no se cumple, la dependencia vital, la depresión anímica, la derrota de mi enemigo, el desaliento ante el fracaso, el desamparo del débil, el desánimo en la firmeza, el desasosiego ante lo imprevisible, el desconcierto ante lo inesperado, la desconfianza en el amigo,  el desconsuelo ante la muerte,  la desdicha de no alcanzar la dicha, el desencanto con la amistad, el anhelo de vivir eternamente,  la desesperación por no lograr lo que deseabas

Y como si la fuente de mis lágrimas fuese inagotable, fui encontrando palabras y palabras que respondían a la causa de mi llanto.

Manipulación, inseguridad, melancolía, excitación, orgullo, vergüenza, dignidad, disgusto, dolor,  duda, pena, engaño,  rabia, entusiasmo, envidia, soledad, esperanza, estima, estremecimiento, timidez, estupor, traición, euforia, exaltación, frenesí, exasperación,  soledad, fastidio, vacilación,  firmeza, tristeza,  fracaso,  fragilidad, frustración, generosidad, hastío, vulnerabilidad, terror, vacío, valentía, venganza…

Llegado aquí, ¿ podría ser catalogado de hipersensible? No siempre fui de lágrima fácil, al contrario, tuve épocas de hombre duro al que todo le resbalaba. Y en la situación en la que me encuentro, sólo se explica porque la edad te ablanda hasta el punto de llorar cuando te ves desnudo en el espejo. Bueno, quizá es el único llanto plenamente justificado.

Me miré desnudo en el espejo

y sólo vi una silueta

No estoy mal, me dije

El cristal estaba empañado.

Por qué escribo lo que escribo

 

Las grandes obras de los grandes escritores y pensadores;  desde Homero hasta Dostoiveski, 55 tomos que decoran una parte de mi casa y …

 el lugar preferido para tener sus nidos las avispas. Y yo  pensaba que no servían para nada.

Es un proceso de adaptación personal a una realidad explícita que nace en mí como consecuencia de haber dejado atrás la virtualidad de la postura, o del postureo, en la atinada definición de la RAE:Actitud artificiosa e impostada que se adopta por conveniencia o presunción.

Romper con está tendencia cuando se escribe, sólo es posible si se da uno de estos dos casos: o porque te ha entrado esa enfermedad que llamamos humildad, o porque piensas que el posturero sólo te conduce al ridículo. Si no fuese porque presumir de humildad es la menos humilde de las actitudes, me quedaría con esta explicación. Pero toda actitud puede tener sus derivadas, alguna me debe e cuadrar. Excluyo la disposición mental o emocional. Mi mente no adopta diferentes o únicas disposiciones, según  mi animo en cada momento; mi mente es básica, la suficiente para tener conciencia de mismo. No es una forma de pensar única, ya que el carácter básico de la misma obliga a rechazar todo apriorismo, a no confundir la realidad con la experiencia; la realidad nunca es transcendente, la experiencia sí. Yo creo que no soy transcendente, porque la experiencia, de haberla tenido, no me ha mostrado caminos sin vuelta atrás y tampoco de horizontes lejanos. Todo lo más, caminos sin salida.

Por tanto, lo que escribo   no es postureo, no es transcendente, no es humilde de humildad impostada, es algo básico que tiene mucho que ver con mi realidad básica, realidad de la que no tengo que ocultarme. Aunque no renuncio a lo que escribí cuando me vestía de postureo para sentir onanistas orgasmos (poemas, novelas cortas y largas, reflexiones altisonantes que despreciaban las de  otros mejor fundamentadas, cuentos con ínfulas de antológicos), este blog es el exponente de un  síntoma: que ya no quiero parecer lo que no soy, y si escribo en lugar de cultivar flores o cualquiera otra afición, es por darle sentido a mi tiempo, sólo así me importa poco que, en cualquier momento, este blog se cierre, y lo que guarden sus páginas, se llene de telarañas.