Hoy, la reflexión de cada día no puede ser otra. No se ha declarado la penúltima guerra mundial, los extraterrestres están en camino, aún muy lejos de la Tierra, los políticos, los fanáticos del deismo… todos, han prometido reconducirse.
Hoy toca hablar de un tema muy grave, de un Thriller sobrecogedor al que no podemos asistir comiendo de forma compulsiva palomitas de maíz, o de plástico, que todo llegará.
Evito copiar y pegar en este blog, mientras no lo necesite para dar firmeza a mi reflexión. Entiendo que una reflexión personal no puede consistir en coger aquí y allá aquello que la motiva y pegarlo como propio, porque no sería tu reflexión, sino otra cosa.
Tampoco debemos expresar siempre aquellas reflexiones que parten de una concepción endogámica del pensamiento: el yo me lo guiso y yo me lo como, o sólo con otros afines en concíábulos exclusivos; esa endogamia intelectual en la que un grupos de personas, con afinidades de pensamiento, y yo diría que intereses de todo tipo, intercambian, mayormente, ideas entre ellas, sin ninguna influencia externa.
Dicho todo lo anterior, anuncio que mi reflexión parte de un artículo leído en un periódico esta mañana. Necesito los conceptos que allí se exponen para que mi reflexión no parezca un exceso imaginativo. Creo firmemente que el artículo no es una especulación sino el resultado de investigaciones científicas concienzudas.